28 septiembre 2012

Un vistazo a la cultura sefardí (II)


La cocina sefardí (judeo-española)
© Pepe Iglesias

Sinagoga Santa María La Blanca, Toledo

Costumbres de mesa

La etnóloga Joëlle Bahloul aseguraba que la cocina judeo-española del Imperio Otomano fue la más característica y completa del conjunto de las culturas mediterráneas, y testimoniaba la multiplicidad de intercambios mercantiles que se produjeron en nuestra región durante aquellos siglos.
Una curiosa muestra de este esplendor lo cuenta Jean Christophe Attias, poniendo como ejemplo la conversión de un plato turco, los Köftes de pollo, una especie de bolas de pollo amasadas con leche, queso y mantequilla (auténtica herejía condenada a muerte en el Levítico por mezclar carne y leche), pero verdadera delicia gastronómica que los sefardíes veían comer con envidia a sus vecinos cristianos y musulmanes, y que las cocineras judeo-españolas adaptaron a su religión haciendo las Albóndigas de Gayna (gallina).
En la cocina hebrea las tradiciones se mantienen celosamente mediante el Kashrut, un conjunto de leyes que estipulan qué alimentos son Kasher (adecuados) o Parve (neutros) y cómo deben consumirse. Estas leyes son interpretaciones más o menos exageradas del Levítico y de la propia Torá, por ejemplo la prohibición levítica de cocinar la carne del cordero en la leche de su madre se desarrolló en la religión judía hasta el extremo de que en una misma comida no se podía ingerir ningún tipo de carne con ninguna leche ni derivado de ésta. En la tradición hebrea actual, incluso se dispone de dos vajillas y cuberterías diferentes para que, según sea la comida de carne o de leche, en ningún plato se sirvan los dos productos antagónicos, aunque no sea simultáneamente. Aún hay más, con la llegada de los frigoríficos, en cada casa que respete el Talmud, debe haber dos neveras, una para la carne y otra para los productos lácteos y, en caso de no disponer de ambas, hay que elegir de antemano qué uso se le da, ya que si entra carne nunca podrá hacerlo el queso, la leche o la mantequilla. Y el colmo es que los restaurantes kasher (los que respetan la religión) tienen ¡dos cocinas independientes!, una para manipular los productos lácteos llamada ‘Halavi’ y otra para las carnes que se nombra ‘Bassari’. Del mismo modo, al no coincidir la descripción de los mariscos como peces con escamas, su consumo no está autorizado.
La mesa sefardí se abre con un variado surtido de entremeses, el mezé, que suelen tomarse con ‘raki’, una especie de aguardiente anisado parecido al ‘pastis’, que reconforta maravillosamente el estómago. Incluso en la farmacopea doméstica se usa para aliviar lo que llaman males de la boka del korason, y que son desde el dolor de muelas hasta la aerofagia, pasando por la gastritis, úlceras y demás enfermedades relacionadas con el aparato digestivo. Esta especie de aperitivo se toma en casa cuando hay alguna celebración religiosa o familiar, también se puede hacer fuera, en algún bar donde se reúnen los amigos y de algún modo dejan ya casi solucionada la comida. Los platos más habituales suelen ser los fritos de calabaza y berenjena, las ‘filikas’ o especie de empanadillas rellenas de varios quesos, huevos y especias; el ‘djadjik’, que es como una sopa de yogur con pepino y menta aliñado con aceite de oliva y vinagre; la ‘tarama’, pasta preparada con huevas de pescado secas, miga de pan, cebolla cruda y aliño de limón y aceite; los ‘vahtes’ o ‘garato’, que son pescados azules salados y conservados en aceite como nuestras anchoas; la ‘tuna’, escabeche de bonito preparado con limón en vez de vinagre; el ‘plaki de avas’, un estofado de habichuelas blancas que se come frío revuelto con una ensalada de hortalizas y un sinfín de ensaladas de remolacha, berenjenas, calabacines, col, coliflor, escarola, achicoria, judías verdes, habas, pepino, rábanos, pepinillos, sesos, etc.
Creo innecesario hacer ningún comentario sobre la maravillosa costumbre que aún permanece en España de celebrar el aperitivo, rito que suele convertirse, en algunos días festivos, en verdadero sustituto de la comida, y que yo personalmente no perdono ni aún estando en otro país.
Otra costumbre sefardí que se respetaba hasta hace apenas dos o tres décadas en España, era la de comer pescado los viernes, una deformación sincrética del ayuno cuaresmal y la preparación del Sabath, que dio como resultado un interminable recetario en el que se puede disfrutar de preparaciones basadas en los métodos antiguos de conservación: ahumados, salmueras, salazones, escabeches, encurtidos, en aceite, etc., ya que por aquel entonces el pescado fresco no llegaba en condiciones a la meseta. Respetado el ayuno sabatino, todos los miembros de la familia esperaban impacientes el retorno de los hombres de la sinagoga para poder desayunar. Era otra fiesta que se repetía cada semana y que da idea del valor que la mesa tiene en esta cultura. En esta ocasión el aperitivo era más contundente ya que se compone de kozas d'orno, o sea de preparaciones mucho más sofisticadas que se cuecen lentamente en el horno. Estas llamadas kosas d’ orno, suelen ser las ‘borrekas’, empanadillas tiernas rellenas de queso que se cuecen al horno suave; el pastel o pastela, que es un hojaldre relleno de verduras, queso, o carne, y espolvoreado de azúcar glasé; el ‘almodrote’, pastel de berenjenas con queso y huevo que se asa al horno y una vez frío y cuajado, se corta en grandes dados y las ‘filas’, o ‘filikas’ citadas anteriormente.
Durante el Pesah, es decir la Pascua, en las preparaciones que llevan miga de pan, como el almodrote, ésta se cambia por pan ácimo troceado, costumbre que seguramente dio origen a nuestros gazpachos de pastor, o manchegos. En esta comida, o mejor dicho desayuno, también se sirven ‘guevos haminados’, una especie de huevos duros cremosos que se cuecen primero en agua hirviendo con cebolla durante quince minutos, y luego se dejan al calor toda la noche del viernes para que estén listos para la comida del Sabath.
Los mazapanes eran platos de boda, tradición que perdura en España, sobre todo en Toledo, que fue la última gran ciudad sefardí, y donde quedaron escondidos hasta nuestros días muchos judíos que no fueron delatados por sus vecinos a las autoridades de la Inquisición. De hecho el apellido Toledano es aún frecuente en España y casi exclusivo de los sefardíes.

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27 septiembre 2012

Un vistazo a la cultura sefardí (I)


La formación del mundo sefardí
© Paloma Díaz-Mas


Llamamos sefardíes a los judíos descendientes de los expulsados de la Península Ibérica a finales de la Edad Media. El proceso de creación y consolidación del mundo sefardí fue largo y complejo: empieza ya a finales del siglo XIV, cuando la oleada de asaltos a juderías y matanzas de 1391 –y las subsiguientes conversiones forzadas— impulsaron al exilio a un número impreciso de judíos, que se refugiaron mayoritariamente en las comunidades del Norte de África.
La expulsión de los judíos de Castilla y Aragón en 1492 arrojó fuera de estos reinos a un contingente de cerca de cien mil judíos, que fueron a asentarse en algunos lugares de Europa (Italia, el sur de Francia o Portugal), en el reino de Marruecos, o en las tierras del Mediterráneo Oriental que pertenecían al entonces pujante y extenso imperio otomano. En 1497 se les expulsa de Navarra.
También en 1497 se decreta la expulsión de los judíos de Portugal, que al final se concretó en una masiva conversión forzada. Muchos de los convertidos (cristianos nuevos) matuvieron a escondidas la práctica de la religión de sus mayores, cosa que se vio favorecida por el hecho de que no existiese Inquisición en Portugal hasta mediados del siglo XVI.
Estos conversos criptojudíos (despectivamente llamados marranos) fueron, a su vez, el germen de comunidades sefarditas en los Países Bajos, en Inglaterra, en Hamburgo, en ciudades italianas como Ferrara o Ancona, o en las colonias portuguesas de América; a lo largo de los siglos XVI y XVII, muchos cristianos nuevos volvieron al judaísmo y se integraron en las comunidades sefarditas de Marruecos o del Oriente Mediterráneo.
Con frecuencia el proceso de emigración fue complejo y duró años o incluso generaciones, y no sólo por las condiciones en que se hacían los viajes en aquella época, sino porque era frecuente que un individuo o una familia itinerase de un país a otro hasta asentarse definitivamente. Un ejemplo bien conocido es el de la familia de Gracia Nasí, una rica y poderosa dama nacida en Portugal de una familia de origen castellano, que, viuda de su esposo Diogo Mendes, estableció negocios en Amberes y emigró posteriormente con su familia a Ferrara y luego a Venecia, para acabar viviendo definitivamente en Estambul, donde su sobrino Juan Micas hizo carrera como hombre de confianza del sultán. Se trata de una familia excepcional, por su alto origen social y económico, pero ejemplifica muy bien una itinerancia que duró a veces varias generaciones.
Cuando hablamos de cultura sefardí solemos distinguir tres grandes bloques geográficos: los sefardíes del Norte de África; los orientales, asentados en las tierras del Mediterráneo Oriental que pertenecieron al imperio otomano; y los sefardíes occidentales, es decir, los que se asentaron en países de la Europa occidental. La evolución histórica y cultural de cada uno de estos tres grupos fue muy distinta. Mientras que hasta el mismo siglo XX los sefardíes del Norte de África (singularmente los de Marruecos) y de Oriente conservaron el uso de la lengua española y algunos rasgos culturales hispánicos, los de países europeos (Francia, los Países Bajos, Italia, Inglaterra) se integraron en sus sociedades de acogida y ya en el siglo XVIII no hablaban español, aunque siguieron manteniendo algunos rasgos culturales específicos, como la liturgia de rito sefardí.
Desde la segunda mitad del siglo XIX (y, sobre todo, en las primeras décadas del XX) se produce una segunda diáspora que tiene como destino países de América del Norte (Estados Unidos, México) o del Sur (Argentina, Venezuela, Cuba, etc) y de Europa (Francia, Italia, España). Consecuencia de ello es que, desde la segunda mitad del siglo XX, los sefardíes no se encuentran en sus lugares de asentamiento tradicionales, sino en esos nuevos países de acogida.

Fragmento del artículo “Los sefardíes: una cultura del exilio” de Paloma Díaz-Mas. Tomado del CSIC (Centro de Investigación y Difusión de la Cultura Sefardí) y publicado originalmente por el Boletín de la Fundación Juan March de Madrid en noviembre y diciembre de 2002



25 septiembre 2012

Yom Kipur o Día del perdón (II)


Mis comidas antes y después de YOM KIPUR

Mi familia es de costumbres alepinas, por eso antes de Yom Kipur o Día del perdón solemos comer Pollo en salsa de tomates con papas y petit pois, acompañado de arroz blanco, y de postre patilla fresca, luego té o café. Y para romper el ayuno, se preparan las Sambusak o Burrecas, pequeñas empanadas rellenas de queso. Junto a ellas se bebe consomé de pollo con cubito parve y limonada. Luego de un par de horas, comemos un plato de pasta fresca con salsa de mantequillla y queso parmesano (nada especial). Y para endulzarnos viene bien una Torta de mandarina. 
De mi libro Sabores conversos les dejo dos recetas ideales para que esperen en casa al volver de la sinagoga y romper el ayuno de Yom Kipur:


SAMBUSAK O BURRECAS (lácteo)
(40 a 50 unidades)
Por lo general, se sirven recién sacadas del horno para agasajar a una visita importante. En Alepo (Siria) se les conoce como Sambusak y, en Turquía, como Burrecas. Las mejores que he preparado son las de la señora Raquel Silvera de Azrak , gran amiga de la familia Mizrahi. 

INGREDIENTES
MASA
3 tazas de harina de trigo cernida
2 tazas de sémola
200 g de mantequilla sin sal
¼ de taza de aceite
1 taza de leche líquida
2 cucharaditas de sal
Nota: todos los ingredientes deben estar a temperatura ambiente

RELLENO
3 tazas de queso blanco rallado
1 taza de queso parmesano rallado
2 huevos batidos
1 cucharadita de polvo de hornear
250 g de mantequilla picada en pedazos
Sal al gusto, (dependerá de lo salados que estén los quesos)

DECORACIÓN
1 huevo batido
½ taza de semillas de ajonjolí (sésamo)

PREPARACIÓN
1. En un envase mediano colocar la harina cernida, la sémola, la sal, la mantequilla en pedazos y el aceite.
2. Mezclar utilizando dos cuchillos para integrar la harina y la mantequilla, hasta obtener una mezcla arenosa.
3. Añadir un poco de leche a la que se le ha agregado la sal.  Amasar con las manos hasta obtener una masa compacta. Si fuera necesario, añadir aun más leche.
4. Dividir en dos partes, envolver y dejar reposar 2 horas hasta que se desarrolle el gluten y la masa adquiera flexibilidad. Reservar.
5. Posteriormente, en un envase mediano, añadir el queso blanco y el queso parmesano rallados, agregar el polvo de hornear, los huevos batidos, la mantequilla ablandada. Debe quedar una masa consistente.

ENSAMBLAJE
1. Sobre una superficie suavemente enharinada estire la masa (de ½ cm de espesor) con un rodillo.
2. Utilizando un cortador de 8 cm de diámetro, corte círculos con la masa y colóquelos dentro de un envase tapado para que no se resequen. Haga lo mismo con el resto de la masa.
3. Para armar las empanadas coloque 1 cucharada de relleno sobre el centro de cada círculo de masa. Ayudándose de una brocha de cocina humedecida en
agua, barnice todo el borde del círculo para que se adhiera y ciérrelo creando un semicírculo.
4. Una vez cerrado, coloque sobre la superficie de trabajo y, utilizando el dedo pulgar, hunda un poco hacia adentro la empanadita por el lado contrario al borde cerrado para abultar el relleno, produciendo una forma inflada.
5. Si desea puede hacer dobleces consecutivos uno  sobre otro por todo el borde del semicírculo.
6. Coloque sobre una bandeja de hornear con cierta separación, evitando que se unan al congelarse. Cubrir la bandeja con una bolsa plástica bien cerrada.
7. Una vez congeladas, guardar en una bolsa plástica.

COCCIÓN
1. Precaliente el horno a 350 °F. Hornee durante 25 minutos si las empanadas están a temperatura ambiente; si están congeladas, hornear por 45 minutos.
2. Colocar el huevo en un envase pequeño, batir y, con
una brocha de cocina, barnizar la cara superior.
3. Se coloca el ajonjolí en un plato pequeño y se van llenando las empanaditas una por una con el ajonjolí, solo en la parte superior.
4. Coloque las empanaditas en una bandeja de hornear forrada con papel de aluminio y hornee.
5. Deben quedar levemente doradas.
6. Se conservan frescas durante 3 días fuera de nevera; una vez cocidas, en un envase cerrado.


 
TORTA DE MANDARINA (lácteo)
(8 a 10 porciones)

INGREDIENTES
5 huevos (se deben pesar). Ese peso se tomará como referencia para las cantidades que se utilizarán en los próximos tres ingredientes:
Harina cernida
Azúcar
Mantequilla
½ taza de jugo de mandarina
1 ½ cucharadita de polvo de hornear
1 cucharada de extracto de vainilla
4 cucharadas de ralladura de piel de mandarina
1 pizca de sal 
Nota: Todos los ingredientes deben estar a temperatura ambiente, la mantequilla debe estar suave y consistente.
Molde de 9” de diámetro

PREPARACIÓN
1. Precaliente el horno a 350 °F.
2. En el bol de una batidora coloque la  mantequilla con un poquito del azúcar, continúe batiendo y agregando poco a poco el azúcar sin dejar de batir, hasta que obtenga una mezcla cremosa.
3. Añada los huevos enteros uno a uno, hasta incorporar.
4. Mezcle el jugo con la ralladura de mandarina yla vainilla.
5. Agregue la harina con el polvo de hornear y un punto de sal, baje la velocidad de la batidora al mínimo e incorpore la harina en partes, alternando con el jugo de mandarina.
Nota: se debe comenzar y terminar con harina. Bata solo lo necesario para que la mezcla quede homogénea.
6. Enmantequillar y enharinar el molde.
7. Vacíe la mezcla en el molde, lleve al horno por 40 minutos aproximadamente o hasta que al introducir un probador en el centro, este salga limpio.
8.Retirar del horno y colocar sobre una rejilla de metal hasta que se enfríe por completo.

24 septiembre 2012

Yom Kipur o Día del perdón (I)


Alimentación y ayuno en Yom Kipur


Yom Kipur o Día del Perdón ocurre el décimo día del mes de Tishri. Constituye una serena mezcla de alegría ante la misericordia de Dios y arrepentimiento. Es un día de perdón, expiación y redención.
Se hacen dos comidas festivas en la víspera de Yom Kipur. Una a mediodía y otra —la Seudá Hamafséket— antes del rezo de la tarde y como preparación al día de ayuno que comienza en ese instante.
El ayuno tiene su razón. El Sefer Hajinuj (precepto 413) explica; "La raíz de este precepto es para que seamos seguidores del Santo Bendito Sea, para fijar al ser humano un día en el año para expiar los pecados mediante la penitencia, es por eso que fuimos ordenados a ayunar. Pues el comer y el beber y demás placeres corporales nos incitan a continuar en la persecución de lo material y evitan que el alma procure la verdad y no es digno presentarse a juicio delante del Santo Bendito Sea comido y bebido... Es por eso que el hombre debe en este día fortificar la fuerza de su alma para que ella sea digna de recibir la expiación de Dios".

En vísperas de Yom Kipur
La cena de la víspera del Día del perdón debe contener pan sumergido en miel y platos livianos como caldo de pollo con pasta, pollo horneado y verduras poco sazonadas para evitar la sed. Deben omitirse leche, huevos y ajo.
Es un mitzvá (mandamiento) comer y beber con entusiasmo en Erev Yom Kipur (Víspera de Yom Kipur). La Torá (Vaikra 23:32) indica: “¿Y deberás afligir tu alma el noveno día del mes en la noche”. ¿Ayunamos el nueve? ¡Únicamente ayunamos el diez! ¿Cómo debe entenderse entonces este verso? Nos enseña que todos los que comen y beben el nueve y ayunan el diez son considerados por la Escritura como si hubiesen ayunado tanto el nueve como el diez.
La razón de por qué comer en el día nueve es considerada una acción tan buena que es equivalente a haber ayunado, es que al hacerlo mostramos nuestro júbilo porque ha llegado el momento de nuestra expiación. Por extensión, mostramos así que estamos preocupados por nuestros pecados.
Otra razón: En otros festividades tenemos comidas fijas como medio de expresar nuestra felicidad al tener la oportunidad de cumplir mitzvot (mandamientos). Esta alegría es en sí misma una fuente de mérito. Ya que no podemos tener una comida festiva en Yom Kipur, lo hacemos entonces en Erev Yom Kipur.
Una tercera razón: La comida festiva en Erev Yom Kipur nos da la fortaleza física necesaria en Yom Kipur para concentrarnos en las plegarias, las súplicas y la reflexión que nos llevan a Teshuva (retorno o arrepentimiento).
Tur (Oraj Jaim 604) indica:
Esto (comer en Erev Yom Kipur) surge de Su gran amor por Su pueblo, ya que les ordenó ayunar únicamente una vez al año - para su beneficio, a fin de sus pecados puedan ser expiados. Les ordenó comer y beber primero para que pudiesen ayunar y la aflicción no los dañase.
Se acostumbra comer pescado en la comida de la mañana en Erev Yom Kipur.
La Midrash (Bereshit Raba 11) cuenta:R. Tanjuma enseñó: Ocurrió una vez en Roma en Erev Yom Kipur que un sastre judío fue al mercado a comprar pescado. Había solamente uno a la venta, pero había dos compradores: el sastre y el sirviente del gobernador romano. Cada uno ofreció una suma cada vez mayor hasta que el precio alcanzó doce dinares, que fueron pagados por el sastre.
Durante la cena del gobernador, éste le preguntó a su sirviente: "¿Por qué no trajiste pescado?" El sirviente replicó: "No te esconderé la verdad mi amo. Fui a comprar pescado, pero solamente había uno a la venta. Un judío y yo pujamos por él, cada uno ofreciendo más que el otro, hasta que el precio alcanzó doce dinares. ¿Hubieses querido que gastase doce dinares en un pescado?" El gobernador preguntó: "¿Quién es este judío?"
Envió a buscarlo y fue traído ante él. Le preguntó: "¿Por qué tú, un sastre judío, considera adecuado comer un pescado que le cuesta doce dinares?" El sastre replicó: "¡Señor! Tenemos únicamente un día durante el cual todos los pecados que cometemos durante el año son expiados. ¿No debemos honrar ese día cuando llega?" El gobernador replicó: "Ya que has explicado tu comportamiento, puedes irte."
¿Y cómo recompensó Dios al sastre? Cuando abrió el pescado, Dios le dio una joya preciosa (dentro del pescado) y eso le dio suficiente para mantenerse el resto de sus días.
Aunque es una gran mitzvá comer con entusiasmo en Erev Yom Kipur, uno debe tener cuidado de comer aquellos alimentos que son fáciles de digerir. Vemos que algunos tzadikim justos —quienes no se atiborran el resto del año— comen muchas comidas ligeras durante todo el día como para derivar alegría en la mitzvá que acompaña a cada bocado de comida.

La cena antes del ayuno
Después de rezar, se come la comida de conclusión, la llamada “seudá hamafseket”. Puede comerse en cualquier momento pero debe concluir cuando todavía es de día, es decir, antes del atardecer, ya que no debe “sumar” al ayuno empezando mientras todavía es de día. La Torá no establece un tiempo mínimo para esta adición al ayuno.
Se ha convertido en costumbre terminar esta comida por lo menos media hora antes del atardecer, a fin de que uno tenga suficiente tiempo para una recitación sentida y sin apuro de la Gracia después de las Comidas, y para llegar a la sinagoga a tiempo para Kol Nidrei, que también se recita antes del atardecer.
Aunque es recomendable comer pescado en la comida de la mañana, no se acostumbra hacerlo. Uno no debe tomar bebidas intoxicantes, porque para el que se emborrache, sus plegarias son una abominación. Lo óptimo es comer únicamente alimentos ligeros. Después de que comida termina, se recita con fervor el Salmo 126, el cual precede a la Gracia después de las Comidas.

La comida festiva después del ayuno
Luego de los servicios religiosos y tras un día de sagrado ayuno, las familias comparten trozos de biscocho dulce que permite recuperar las fuerzas perdidas durante el día sin alimentos.
Cuando la familia vuelve a casa, se suele realizar una comida liviana, pero no carente de sabores amables y platillos gustosos. La mesa es una fiesta que recuerda lo vivido y lo por vivir.

Fuentes:



Siete pasos para un ayuno fácil

Ayunar 25 horas es, sin lugar a dudas, difícil. Pero hay algo que puede facilitarnos las cosas:

Hidratación.
La mayoría de la gente cree que el desafío de ayunar es el hambre. Pero la verdad es que evitar la sed es mucho más importante. Una persona promedio puede sobrevivir por un mes sin comida – pero sólo tres días sin agua.
Con una hidratación apropiada, no sólo evitarás el malestar de la sed, sino que también tragarás saliva con más frecuencia, haciendo que tu estómago no se sienta tan vacío.
Ayunar es fácil si preparas tu cuerpo de antemano. Aquí hay siete simples pasos para maximizar tu hidratación, lo cual te dejará con más fuerza y energía para realizar correctamente el importante trabajo espiritual del día.

1) Comienza temprano
Las náuseas y los dolores de cabeza que mucha gente experimenta durante un ayuno son, a menudo, el resultado de la falta de cafeína. Prepárate reduciendo la ingestión de cafeína en los días anteriores al ayuno – y deja la cafeína por completo 24 horas antes del ayuno. Un truco es mezclar café común con café descafeinado, aumentando progresivamente la proporción de este último a medida que se acerca el día del ayuno.

2) Prepárate poco a poco
La mañana previa, inicia el día con un gran desayuno – basado en cereales, pan y frutas. Esto te dará buena energía durante el día, pero al ser alimentos ricos en fibras, se habrán digerido para el momento de la comida antes del ayuno, cuando querrás tener mucho apetito.
Un desayuno abundante también te será de ayuda, ya que agranda el estómago preparándolo para recibir después más comida y agua.
Come un almuerzo moderado, lo suficientemente temprano como para tener apetito para la comida final antes del ayuno.
Comienza la comida final como mínimo una hora antes de que comience el ayuno, para que no tengas que comer rápido.

3) Evita los alimentos que dan sed
Una forma importante de mantenerse bien hidratado es evitar todo lo que haga que tu cuerpo elimine agua. El chocolate, el té, la cola y el café deben ser evitados ya que la cafeína es un diurético. El alcohol tampoco es recomendable, porque requiere mucha agua para ser procesado por el sistema digestivo.
Otro alimento problemático – la sal – es muy conocido por causar sed. Evita comidas saladas como pickles, embutidos, queso, pescado enlatado, pescado ahumado y las típicas comidas judías: sopa de pollo y carne de vacuno. Pescado fresco y pollo hervido son buenas alternativas.

4) Más carbohidratos que proteínas
Planea el menú de la última comida antes del ayuno para que destaque en alimentos ricos en carbohidratos y bajos en sal, como pastas, papas, arroz y pan (preferentemente arroz integral y pan de salvado). Los carbohidratos retienen el agua, la cual tu cuerpo podrá “beber” cuando la necesite durante el ayuno.
Las ensaladas y otros alimentos ricos en fibras deben ser minimizados, ya que viajan rápidamente por el sistema digestivo y proveen saciedad durante poco tiempo.
La comida final debe incluir sólo pequeñas cantidades de proteínas, ya que estas en realidad atraen y filtran el agua de los tejidos (de hecho, la dramática pérdida de peso que la gente experimenta en las dietas altas en proteínas es producto del agua que se pierde ya que las moléculas de proteína no son capaces de mantenerla en tu sistema – agua que ciertamente quieres en tu organismo durante un ayuno).

5) Actuar como un camello
La clave para un ayuno fácil es hidratarse mucho. Comienza 24 horas antes del ayuno a tomar un vaso de agua cada hora (colócate recordatorios).
Durante el día, consume muchas bebidas. Esto no te llenará, porque los líquidos se absorben con rapidez, pero asegurará que hayas absorbido suficientes fluidos durante el día para empezar bien hidratado la comida previa al ayuno.
No consumas bebidas dulces, las que sólo dan calorías vacías. La mejor opción: pura agua. La segunda: jugo de fruta diluido.
Las frutas, a pesar de contener mucha fibra, son una buena idea porque contienen mucha agua que van “liberando” poco a poco. Durante el día puedes comer frutas ricas en agua, como sandia, melón o uvas.
En la última comida previa al ayuno bebe varios vasos de líquido, porque muchos alimentos necesitan agua extra para ser bien digeridos. Para el postre, cambia los dulces por la sandía u otra fruta fresca que contenga agua. Por último, bebe un vaso de agua tibia para darle un agradable toque final a tu preparación para el ayuno.

6) Disciplina mental
Una gran parte del éxito al ayunar está en la mente.
Hablar de tu hambre sólo hará que tu atención se centre en la comida, haciendo las cosas más difíciles. Cuando piensas en comida, tu cuerpo se prepara metabólicamente para recibir la comida, causando la sensación de hambre.
La clave es distraer tu mente de la comida. Afortunadamente, los días de ayuno brindan muchas oportunidades para que estemos envueltos en la importante tarea de la teshuvá – el auto mejoramiento espiritual. Cuanto más te sumerjas en el rezo, menos pensarás en la comida.
Una forma “casher” de “ingerir” cosas durante el ayuno es mediante oler especias. Canela y clavo de olor son un rápido energizante si te estás sintiendo débil, y con esto puedes crear una sensación cerebral de satisfacción.

7) Termina el ayuno con prudencia
Incluso quienes se hayan preparado bien para el ayuno estarán hambrientos cuando éste termine. Asegúrate de no comer tan rápido durante la comida después del ayuno. Comienza con frutas o un vaso de jugo; esto pondrá azúcar en tus venas y ocupará espacio en tu estómago, quitándote las ganas de comer apresuradamente.
Evita los productos de repostería y bebidas con azúcar, cuyas altas cantidades de glucosa pueden conmocionar tu sistema digestivo.
Para evitar comer en demasía, luego de comer un poco haz una pausa de media hora. Si no, la conclusión del ayuno puede convertirse en un aumento de peso (y en un dolor de estómago), porque como el cuerpo se protege de la inanición cuando no comemos bajando la velocidad del ciclo digestivo, las calorías que consumes justo después de ayunar se quedarán contigo más tiempo que las que ingieres cuando tu metabolismo funciona a una velocidad normal.



21 septiembre 2012

Kosher de la A a la Z


Terminología del mundo kosher 




HALAJÁ
Halajá es la palabra hebrea para la ley judía, el cuerpo colectivo de la ley religiosa judía, incluido la ley bíblica y práctica que los judíos están obligados a seguir, las directivas de los rabinos, las costumbres y tradiciones.

HASHGACHA
Hashgacha es una palabra hebrea que generalmente se refiere a la supervisión kosher o de certificación.

HECHSHER
Hechsher se refiere a la certificación kosher de un producto o ingrediente kosher.

LÁCTEOS KOSHER CHOLOV AKUM (También conocido como Cholov Stam )
Esto se refiere a la certificación kosher de las producciones de lácteos, incluyendo queso y leche en polvo, que se han cerciorado de que se obtendrán a partir de leche de un animal kosher (por ejemplo, vaca, cabra, búfalo).

LÁCTEOS KOSHER CHOLOV YISROEL (También conocido por algunos como Lácteos Super Kosher)
Cholov Yisroel se refiere a todas las producciones de lácteos, incluyendo queso y leche en polvo, que han estado bajo supervisión rabínica constante desde el momento del ordeñe.

KOSHER PAS YISROEL
Pas Yisroel se refiere a productos de panadería (por ejemplo, galletas, pan), que se cuecen bajo la supervisión de tiempo completo por el supervisor kosher.

KOSHER BISHUL YISROEL
Bishul Yisroel se refiere a los alimentos (por ejemplo, peces, arroz) que se cocinan bajo la supervisión de tiempo completo por el supervisor kosher.

KOSHER PAREVE (A veces conocido como Parve o Parev)
Pareve significa neutral, indica un producto que no contiene derivados de aves de corral, carne, o ingredientes lácteos. A los judíos no se les permite comer leche y carne (incluyendo aves de corral) en la misma comida. Por lo tanto un producto neutro o pareve se puede comer con cualquier alimento de carne o lácteos. Ejemplos de artículos pareve incluyen a todas las frutas, verduras, huevos de aves kosher, peces kosher, etc. y sus derivados.

KOSHER PARA LA PASCUA (A veces conocido como Kosher Le Pesaj o PASSOVER)
Kosher para Pesaj se refiere a los alimentos e ingredientes alimentarios aceptables para su uso durante las festividades de Pascua, que requieren una preparación especial. En general, para la Pascua, a los judíos no se les permite comer cualquier alimento de grano (trigo, cebada, avena, espelta, centeno) o sus derivados.

KOSHER PARA PASCUA KITNIYOT
Kitniyot refiere a las leguminosas. Algunos ejemplos (de Kitniyot ) son el arroz , maíz , guisantes , semillas de mostaza, y toda la familia de los granos en general ( es decir: habas, garbanzos , etc.) Aunque no de origen del grano, muchos judíos no comen legumbres para la Pascua. Sin embargo, comunidades de origen oriental mantienen la costumbre de utilizar derivados de maíz, soja, colza, maní y el frijol. En este caso, se les permite para la Pascua y se les llama Kosher para Pesaj Kitniyot . La palabra Kitniyot significa leguminosas que lo diferencian de la Kosher para Pesaj normal, que no contiene leguminosas en absoluto. Por lo tanto en la certificación kosher de productos, los términos Kosher para la Pascua y Kosher para Pesaj Kitniyot se utilizan para indicar el estado de un producto de la Pascua.

KOSHERING o KASHERISACIÓN
El término Koshering o Kasherisación es una creación del inglés moderno, refiriéndose al proceso de cambiar el estado de los equipos que se habían utilizado con ingredientes o productos no-kosher, para su uso con estos ingredientes o productos kosher.

MASHGIACH
Mashgiach en hebreo se refiere a un supervisor kosher, un rabino, que está capacitado para supervisar los alimentos kosher y producciones de los ingredientes.

MEHADRIN
Mehadrin se refiere al nivel más estricto de supervisión kosher.

PASCUA
Pascua o Pesaj en hebreo - es la festividad judía que conmemora el éxodo de Egipto, se observan alrededor de marzo, abril o mayo, dependiendo del calendario lunar judío.

NON PASSOVER (o NO de PASCUA - Jametz)
Jametz se refiere a los productos alimenticios que contengan cualquier tipo de cereales (trigo , cebada , centeno , avena o espelta) o derivados de estos , sin estar especialmente preparadas para el uso de la Pascua. A los judíos se les permite comer productos de granos, pero tienen que estar preparados bajo normas estrictas a fin de que no sean fermentados, para poder usarlos en la pascua.


Fuente:


19 septiembre 2012

El mercado kosher y las finanzas

El mercado kosher: cifras reveladoras




El consumidor kosher
La fuerza actual del kosher de los mercados al por menor pueden ser atribuidos a la demanda creciente de los consumidores, y la mayor disponibilidad de productos kosher. Se estima que alrededor del 40 a 50 por ciento de los productos en las estanterías de supermercados en los EE.UU. son kosher. Los fabricantes buscan certificación kosher para tener ventaja en la comercialización de sus productos a otro público de consumidores. Marcas multinacionales como Coca-Cola, Kraft y Heinz han obtenido certificación kosher. A medida que más fabricantes entran en el mercado kosher, la elección se ha incrementado y al mismo tiempo, los precios al por menor de productos kosher han caído.
• Hay más de 25 millones de consumidores kosher en todo el mundo.
• Sólo una pequeña parte de estos consumidores son judíos.
• Una encuesta de Mintel en 2008 mostró que la razón principal para la compra de comida kosher es por motivos de calidad de los alimentos (62 %) o de salubridad general (51 %). En total, el 30% de los que compran comida kosher lo hacen por motivos religiosos; 14% siguen las reglas kosher, el 10% sigue otras reglas religiosas con restricciones similares a comer kosher y 6 % de siguen normas religiosas Halal.
• Musulmanes, budistas, adventistas del séptimo día comen comida kosher por razones religiosas.
• Los vegetarianos y los veganos, los grupos de orientación ecológica y que padecen alergia comen comida kosher por los problemas de seguridad alimentaria. La certificación kosher es vista como una inspección independiente de las normas en que los productos manufacturados se realizan.
• En una encuesta realizada por el grupo de Mintel en 2005 a 55 % de los encuestados que compraron alimentos kosher dijeron que pensaban que estos alimentos tenían un nivel superior de salud y seguridad que los productos no kosher, el 38% eran vegetarianos y el 16% dijeron que comían halal.
• Un estudio realizado por WAC (Encuesta y consultoría estratégica) a finales de diciembre de 2006 y principios de enero de 2007, que cuestionó 1730 seleccionados al azar entre no judíos y judíos - encontró que el símbolo kosher fue calificado como el símbolo más reconocido en el envase de alimentos antes de símbolos orgánicos y vegetarianos.
• El número de consumidores kosher ha aumentado de 6 millones en 1988 a más de 16 millones en 2012. Se proyectaba que para 2009 30 millones de consumidores de alimentos kosher en todo el mundo. (High Beam Research 2007 y Mintel Group 2008). Según el New York Times, se estima que el mercado kosher crecerá a 17 mil millones de dólares en 2013.

El mercado kosher
En los últimos veinticinco años, la demanda de productos certificados kosher ha aumentado dramáticamente. En concreto, el mercado kosher ha crecido a una tasa anual del 15% para los últimos años. Con el fin de satisfacer esta demanda, las empresas en todo el mundo están buscando la certificación kosher con el fin de ampliar su mercado actual y mejorar las estrategias de ventas. El mercado de alimentos kosher abarca casi todos los segmentos de la industria de alimentos y bebidas, desde la materia prima (carne, aves y productos de panadería, por ejemplo), los ingredientes alimentarios, incluidos los productos químicos, envases de alimentos o los alimentos procesados y bebidas. Además, algunas vitaminas y medicinas sin receta (OTC) están entre los productos farmacéuticos con certificación kosher.
• Casi todos los principales fabricantes producen por lo menos algunos productos alimenticios que llevan el símbolo kosher, como Coca -Cola, Procter & Gamble, Frito Lay, Kraft, Nabisco, y General Mills .
• De acuerdo con Integrated Marketing Communications (IMC), una empresa de marketing basada en Nueva York sirviendo el mercado kosher, en 2002 unos 75.000 productos en los EE.UU. fueron certificados kosher, frente a 60.000 en 2000.
• De acuerdo con ScientistLive en 2007, el disponer de certificación kosher es visto como un pre-requisito para la entrada en el mercado americano, además de la tendencia global de estilos de vida saludables. Parece como si la base de clientes potenciales es un ingrediente que ningún fabricante puede darse el lujo de ignorar.
• El mercado Kosher tiene una tasa de crecimiento promedio de 15 % anual. Este crecimiento ha sido constante desde 1984.
• Un informe de CBS Marketwatch (2003) valora la totalidad del mercado de comida kosher en más de USD $ 650 millones (incluyendo tanto los ingredientes y productos terminados).

Finanzas y kosher
• USD $ 150 mil millones de productos certificados kosher se consumen anualmente y con un crecimiento del 15 % anual.
• 40 % de todos los productos vendidos en los EE.UU. son con certificación kosher. Este auge importante conduce rápidamente al número de productos kosher vendidos en los EE.UU. con certificación kosher a un récord de 112.500 productos con unas ventas de más de $ 12 mil millones.
• 75 % de todos los ingredientes alimentarios fabricados en todo el mundo son con certificación kosher.
• En este momento hay más de 95.000 productos kosher diferentes, más 4000 productos alimenticios y más de 750 bebidas kosher certificados agregados cada año.
• Los supermercados de EE.UU. tienen aproximadamente 25.000 líneas de productos kosher en sus estantes. Eso es más del 30% de todos los productos que se venden en los supermercados de hoy.
• Más de 75.000 empresas en todo el mundo en la actualidad producen productos para el mercado kosher.
• Cada año, 7.500 nuevos productos se introducen en el mercado kosher a nivel mundial.

Fuente


Un vistazo por países
En importantes mercados del mundo los alimentos kosher son cada vez más apreciados en virtud de su probada calidad. Su producción y venta han sido encaradas por importantes empresas, y constituye un negocio con muy buenas perspectivas internacionales.
Casi el 75% de la población judía mundial se concentra en los Estados Unidos e Israel, por lo cual estos dos mercados marcan la tendencia global del segmento kosher. Sin embargo, existen otros países que cuentan con un mercado para los productos kosher cuya dinámica hace imprescindible su inclusión.

Israel
El 60% de la población israelí (aproximadamente 5,5 millones de personas) consume alguna proporción de productos kosher certificados como parte de su dieta.
Se estima que el comercio de alimentos en Israel suma alrededor de US$ 13.000 millones. Israel cubre sólo el 75% de su demanda interna de alimentos en base a su propia producción.
A excepción de la carne, el pollo y sus derivados, las leyes israelíes no exigen la certificación kosher para autorizar la importación. Sin embargo, las mayores cadenas de supermercados, los comercios minoristas y los consumidores institucionales requieren la certificación para los productos que comercializan. Por esto el mercado para productos no certificados es muy limitado.
Es importante destacar la oportunidad que representa el crecimiento del consumo de especialidades de alto valor agregado dentro del mercado israelí.

Estados Unidos
Los Estados Unidos son el mayor productor y exportador de productos kosher del mundo. La producción de alimentos certificados posee una larga historia en suelo americano, que se remonta al siglo XIX.
Según encuestadores privados, el 28% de los estadounidenses consideran que la certificación kosher puede definir la elección de un alimento por sobre otro similar.
Las encuestas muestran que esta importante fracción de los consumidores americanos está plenamente informada sobre las características del sistema de certificación, lo que determina que el mercado de los productos kosher en EEUU constituya un gran nicho, cuyo crecimiento es impulsado por la adopción de la observancia entre judíos secularizados y, lo más importante, por la difusión del sistema kosher entre los no judíos.
• El 35% de los encuestados relacionó a la certificación kosher con características organolépticas diferenciales (sabor y olor fundamentalmente). .
• El 16% manifestaron que compran alimentos kosher porque valorizan las normas que rigen su producción. .
8% dijo que compran kosher porque es sinónimo de buenos productos. .
• 5% sienten que la certificación kosher garantiza productos saludables.
• 8% declararon que su consumo deviene de la observancia religiosa hebraica, mientras que otro 4% está compuesto por musulmanes que consideran a la certificación kosher congruente con la reglas alimentarias del Islam
• Otro 8% son vegetarianos estrictos, y los sellos kosher les permiten distinguir productos compatibles con su dieta.

Francia
Tras 30 años de continuo desarrollo, el mercado francés de productos kosher pasó de ser un pequeño nicho étnico a constituirse en el centro de distribución de productos certificados más importante de Europa. Desde principio de los 90´, las ventas de productos certificados en el mercado galo crecen a razón de un 16% anual.
Se estima que Francia comercializa alimentos kosher por casi US$ 550 millones anuales, lo que representa el 10% del mercado europeo.
En consonancia con las características observadas para el mercado estadounidense, el consumo de alimentos kosher en Francia trasciende a los judíos practicantes, puesto que esta certificación es considerada por una creciente cantidad de consumidores como garantía de productos saludables, de alta calidad, naturales y sabrosos.
Cerca del 80% de la comunidad judía francesa es de origen sefardí razón por la cual las características de los productos kosher los asemejan a los componentes de la dieta mediterránea.
Rusia
El crecimiento de la población judía en Rusia abre una gran oportunidad para la colocación de productos kosher.
Según la fuente que se consulte, la población rusa de origen judío comprende entre 900 mil y 1,5 millones de personas.
La comunidad hebrea más importante de la Federación se concentra en Moscú. Oficialmente la componen 200 mil habitantes, aunque estimaciones extraoficiales la ubican en torno de los 500 mil.

Reino Unido
Gran Bretaña cuenta con una comunidad judía compuesta por 300 mil personas.  El mercado de los productos kosher en el Reino Unido está dado por la citada comunidad, algunos musulmanes (cuya población se estima en 1,6 millones), los alérgicos a determinados componentes de los alimentos y, fundamentalmente, los casi 3 millones de vegetarianos.

Argentina
Argentina cuenta con la comunidad judía más importante de Latinoamérica, conformada por entre 200 y 220 mil personas.
Del 10 a 15% del total son judíos ortodoxos, que sólo consumen alimentos con certificación kosher.
Entre 30 y 40% siguen la dieta religiosa sólo en ocasiones de celebraciones tales como Pascua, el Año Nuevo judío o Yom Kippur.
Algunos grupos de musulmanes, adventistas, vegetarianos, celíacos e intolerantes a la lactosa consumen productos certificados, pero representan una porción mínima del mercado total.
El mercado argentino de productos kosher creció levemente durante la década de los 90´. Actualmente representa aproximadamente US$ 52 millones, cifra que incluye la venta minorista, los servicios de comida y la producción industrial de alimentos.
Existe una tendencia creciente al consumo de alimentos kosher entre los jóvenes judíos. La vuelta a la tradición religiosa y el interés por la calidad alimentaria son las causas principales de este fenómeno.

Fuente