Cocina de centro de cuidados
en Nueva York se hace completamente kosher
El Centro
de Cuidados y Rehabilitación Margaret Tietz, una instalación que originalmente fue
sitio de recepción de supervivientes del Holocausto en Nueva York, ha abierto
recientemente una cocina completamente kosher.
"Tratamos de poner cada cosa en su lugar para que quien venga a Queens y sea religioso u observante a su manera, se sienta increíblemente cómodo aquí", dijo Linda Spiegel, directora de asuntos públicos del Centro Margaret Tietz, que posee una gran cantidad de huéspedes judíos pero no exclusivamente.
Señaló Spiegel que la conversión de la cocina, que tuvo lugar el pasado 27 de agosto, fue el último paso en una misión que lleva años buscando ser completamente kosher, proceso que implicó la adición de un ascensor especial para Shabat, que llega a cada apartamento sin necesidad de tocar ningún botón.
"Tratamos de poner cada cosa en su lugar para que quien venga a Queens y sea religioso u observante a su manera, se sienta increíblemente cómodo aquí", dijo Linda Spiegel, directora de asuntos públicos del Centro Margaret Tietz, que posee una gran cantidad de huéspedes judíos pero no exclusivamente.
Señaló Spiegel que la conversión de la cocina, que tuvo lugar el pasado 27 de agosto, fue el último paso en una misión que lleva años buscando ser completamente kosher, proceso que implicó la adición de un ascensor especial para Shabat, que llega a cada apartamento sin necesidad de tocar ningún botón.
Aunque
el Margaret Tietz, situado en Chapin Parkway, tenía una cocina kosher, además
de una cocina no-kosher, se tomó la decisión de hacer una sola cocina a fin de
proporcionar una mayor sensación de confianza a aquellas personas preocupadas
por que pudiese cometerse un error a la hora de servirse la comida kosher. "Se ha tratado de agregar
un nivel de comodidad a aquellos que querían comida kosher y nos pareció que esto
no estaría en detrimento de quienes no necesitan comida kosher", dijo
Pearlman Zavel, el rabino del lugar.
Añadió, además, que la comida kosher, lejos de ser exótica, resulta familiar para quienes llevan una dieta no-kosher. "La calidad de la comida, en todo caso, es mejor", acotó.
En el Centro Margaret Tietz hay dos zonas de cocina completamente separadas, una para carne y otra para productos lácteos, y se hacen grandes esfuerzos para asegurarse de que se mantengan realmente separadas. Todos los utensilios de cocina, platos y cubiertos que tocan la carne están decoradas en rojo y todo lo que toca lo lácteo es azul.
El proceso de hacer kosher esta cocina fue delicado. La organización rabínica Harabonim Va-ad, de Queens, que certifica cocinas kosher en la zona, supervisó el proceso, que implicaba la exposición de utensilios de cocina a temperaturas muy altas.
Spiegel dijo que el esfuerzo ha valido la pena: "Todo ha sido con el fin de que judíos observantes se sientan cómodos aquí. Y la cocina creo que va a hacer la gran diferencia para muchas personas."
Añadió, además, que la comida kosher, lejos de ser exótica, resulta familiar para quienes llevan una dieta no-kosher. "La calidad de la comida, en todo caso, es mejor", acotó.
En el Centro Margaret Tietz hay dos zonas de cocina completamente separadas, una para carne y otra para productos lácteos, y se hacen grandes esfuerzos para asegurarse de que se mantengan realmente separadas. Todos los utensilios de cocina, platos y cubiertos que tocan la carne están decoradas en rojo y todo lo que toca lo lácteo es azul.
El proceso de hacer kosher esta cocina fue delicado. La organización rabínica Harabonim Va-ad, de Queens, que certifica cocinas kosher en la zona, supervisó el proceso, que implicaba la exposición de utensilios de cocina a temperaturas muy altas.
Spiegel dijo que el esfuerzo ha valido la pena: "Todo ha sido con el fin de que judíos observantes se sientan cómodos aquí. Y la cocina creo que va a hacer la gran diferencia para muchas personas."
Fuente:
Karen Frantz / © 2012 Community Group Newspaper
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