24 septiembre 2012

Yom Kipur o Día del perdón (I)


Alimentación y ayuno en Yom Kipur


Yom Kipur o Día del Perdón ocurre el décimo día del mes de Tishri. Constituye una serena mezcla de alegría ante la misericordia de Dios y arrepentimiento. Es un día de perdón, expiación y redención.
Se hacen dos comidas festivas en la víspera de Yom Kipur. Una a mediodía y otra —la Seudá Hamafséket— antes del rezo de la tarde y como preparación al día de ayuno que comienza en ese instante.
El ayuno tiene su razón. El Sefer Hajinuj (precepto 413) explica; "La raíz de este precepto es para que seamos seguidores del Santo Bendito Sea, para fijar al ser humano un día en el año para expiar los pecados mediante la penitencia, es por eso que fuimos ordenados a ayunar. Pues el comer y el beber y demás placeres corporales nos incitan a continuar en la persecución de lo material y evitan que el alma procure la verdad y no es digno presentarse a juicio delante del Santo Bendito Sea comido y bebido... Es por eso que el hombre debe en este día fortificar la fuerza de su alma para que ella sea digna de recibir la expiación de Dios".

En vísperas de Yom Kipur
La cena de la víspera del Día del perdón debe contener pan sumergido en miel y platos livianos como caldo de pollo con pasta, pollo horneado y verduras poco sazonadas para evitar la sed. Deben omitirse leche, huevos y ajo.
Es un mitzvá (mandamiento) comer y beber con entusiasmo en Erev Yom Kipur (Víspera de Yom Kipur). La Torá (Vaikra 23:32) indica: “¿Y deberás afligir tu alma el noveno día del mes en la noche”. ¿Ayunamos el nueve? ¡Únicamente ayunamos el diez! ¿Cómo debe entenderse entonces este verso? Nos enseña que todos los que comen y beben el nueve y ayunan el diez son considerados por la Escritura como si hubiesen ayunado tanto el nueve como el diez.
La razón de por qué comer en el día nueve es considerada una acción tan buena que es equivalente a haber ayunado, es que al hacerlo mostramos nuestro júbilo porque ha llegado el momento de nuestra expiación. Por extensión, mostramos así que estamos preocupados por nuestros pecados.
Otra razón: En otros festividades tenemos comidas fijas como medio de expresar nuestra felicidad al tener la oportunidad de cumplir mitzvot (mandamientos). Esta alegría es en sí misma una fuente de mérito. Ya que no podemos tener una comida festiva en Yom Kipur, lo hacemos entonces en Erev Yom Kipur.
Una tercera razón: La comida festiva en Erev Yom Kipur nos da la fortaleza física necesaria en Yom Kipur para concentrarnos en las plegarias, las súplicas y la reflexión que nos llevan a Teshuva (retorno o arrepentimiento).
Tur (Oraj Jaim 604) indica:
Esto (comer en Erev Yom Kipur) surge de Su gran amor por Su pueblo, ya que les ordenó ayunar únicamente una vez al año - para su beneficio, a fin de sus pecados puedan ser expiados. Les ordenó comer y beber primero para que pudiesen ayunar y la aflicción no los dañase.
Se acostumbra comer pescado en la comida de la mañana en Erev Yom Kipur.
La Midrash (Bereshit Raba 11) cuenta:R. Tanjuma enseñó: Ocurrió una vez en Roma en Erev Yom Kipur que un sastre judío fue al mercado a comprar pescado. Había solamente uno a la venta, pero había dos compradores: el sastre y el sirviente del gobernador romano. Cada uno ofreció una suma cada vez mayor hasta que el precio alcanzó doce dinares, que fueron pagados por el sastre.
Durante la cena del gobernador, éste le preguntó a su sirviente: "¿Por qué no trajiste pescado?" El sirviente replicó: "No te esconderé la verdad mi amo. Fui a comprar pescado, pero solamente había uno a la venta. Un judío y yo pujamos por él, cada uno ofreciendo más que el otro, hasta que el precio alcanzó doce dinares. ¿Hubieses querido que gastase doce dinares en un pescado?" El gobernador preguntó: "¿Quién es este judío?"
Envió a buscarlo y fue traído ante él. Le preguntó: "¿Por qué tú, un sastre judío, considera adecuado comer un pescado que le cuesta doce dinares?" El sastre replicó: "¡Señor! Tenemos únicamente un día durante el cual todos los pecados que cometemos durante el año son expiados. ¿No debemos honrar ese día cuando llega?" El gobernador replicó: "Ya que has explicado tu comportamiento, puedes irte."
¿Y cómo recompensó Dios al sastre? Cuando abrió el pescado, Dios le dio una joya preciosa (dentro del pescado) y eso le dio suficiente para mantenerse el resto de sus días.
Aunque es una gran mitzvá comer con entusiasmo en Erev Yom Kipur, uno debe tener cuidado de comer aquellos alimentos que son fáciles de digerir. Vemos que algunos tzadikim justos —quienes no se atiborran el resto del año— comen muchas comidas ligeras durante todo el día como para derivar alegría en la mitzvá que acompaña a cada bocado de comida.

La cena antes del ayuno
Después de rezar, se come la comida de conclusión, la llamada “seudá hamafseket”. Puede comerse en cualquier momento pero debe concluir cuando todavía es de día, es decir, antes del atardecer, ya que no debe “sumar” al ayuno empezando mientras todavía es de día. La Torá no establece un tiempo mínimo para esta adición al ayuno.
Se ha convertido en costumbre terminar esta comida por lo menos media hora antes del atardecer, a fin de que uno tenga suficiente tiempo para una recitación sentida y sin apuro de la Gracia después de las Comidas, y para llegar a la sinagoga a tiempo para Kol Nidrei, que también se recita antes del atardecer.
Aunque es recomendable comer pescado en la comida de la mañana, no se acostumbra hacerlo. Uno no debe tomar bebidas intoxicantes, porque para el que se emborrache, sus plegarias son una abominación. Lo óptimo es comer únicamente alimentos ligeros. Después de que comida termina, se recita con fervor el Salmo 126, el cual precede a la Gracia después de las Comidas.

La comida festiva después del ayuno
Luego de los servicios religiosos y tras un día de sagrado ayuno, las familias comparten trozos de biscocho dulce que permite recuperar las fuerzas perdidas durante el día sin alimentos.
Cuando la familia vuelve a casa, se suele realizar una comida liviana, pero no carente de sabores amables y platillos gustosos. La mesa es una fiesta que recuerda lo vivido y lo por vivir.

Fuentes:



Siete pasos para un ayuno fácil

Ayunar 25 horas es, sin lugar a dudas, difícil. Pero hay algo que puede facilitarnos las cosas:

Hidratación.
La mayoría de la gente cree que el desafío de ayunar es el hambre. Pero la verdad es que evitar la sed es mucho más importante. Una persona promedio puede sobrevivir por un mes sin comida – pero sólo tres días sin agua.
Con una hidratación apropiada, no sólo evitarás el malestar de la sed, sino que también tragarás saliva con más frecuencia, haciendo que tu estómago no se sienta tan vacío.
Ayunar es fácil si preparas tu cuerpo de antemano. Aquí hay siete simples pasos para maximizar tu hidratación, lo cual te dejará con más fuerza y energía para realizar correctamente el importante trabajo espiritual del día.

1) Comienza temprano
Las náuseas y los dolores de cabeza que mucha gente experimenta durante un ayuno son, a menudo, el resultado de la falta de cafeína. Prepárate reduciendo la ingestión de cafeína en los días anteriores al ayuno – y deja la cafeína por completo 24 horas antes del ayuno. Un truco es mezclar café común con café descafeinado, aumentando progresivamente la proporción de este último a medida que se acerca el día del ayuno.

2) Prepárate poco a poco
La mañana previa, inicia el día con un gran desayuno – basado en cereales, pan y frutas. Esto te dará buena energía durante el día, pero al ser alimentos ricos en fibras, se habrán digerido para el momento de la comida antes del ayuno, cuando querrás tener mucho apetito.
Un desayuno abundante también te será de ayuda, ya que agranda el estómago preparándolo para recibir después más comida y agua.
Come un almuerzo moderado, lo suficientemente temprano como para tener apetito para la comida final antes del ayuno.
Comienza la comida final como mínimo una hora antes de que comience el ayuno, para que no tengas que comer rápido.

3) Evita los alimentos que dan sed
Una forma importante de mantenerse bien hidratado es evitar todo lo que haga que tu cuerpo elimine agua. El chocolate, el té, la cola y el café deben ser evitados ya que la cafeína es un diurético. El alcohol tampoco es recomendable, porque requiere mucha agua para ser procesado por el sistema digestivo.
Otro alimento problemático – la sal – es muy conocido por causar sed. Evita comidas saladas como pickles, embutidos, queso, pescado enlatado, pescado ahumado y las típicas comidas judías: sopa de pollo y carne de vacuno. Pescado fresco y pollo hervido son buenas alternativas.

4) Más carbohidratos que proteínas
Planea el menú de la última comida antes del ayuno para que destaque en alimentos ricos en carbohidratos y bajos en sal, como pastas, papas, arroz y pan (preferentemente arroz integral y pan de salvado). Los carbohidratos retienen el agua, la cual tu cuerpo podrá “beber” cuando la necesite durante el ayuno.
Las ensaladas y otros alimentos ricos en fibras deben ser minimizados, ya que viajan rápidamente por el sistema digestivo y proveen saciedad durante poco tiempo.
La comida final debe incluir sólo pequeñas cantidades de proteínas, ya que estas en realidad atraen y filtran el agua de los tejidos (de hecho, la dramática pérdida de peso que la gente experimenta en las dietas altas en proteínas es producto del agua que se pierde ya que las moléculas de proteína no son capaces de mantenerla en tu sistema – agua que ciertamente quieres en tu organismo durante un ayuno).

5) Actuar como un camello
La clave para un ayuno fácil es hidratarse mucho. Comienza 24 horas antes del ayuno a tomar un vaso de agua cada hora (colócate recordatorios).
Durante el día, consume muchas bebidas. Esto no te llenará, porque los líquidos se absorben con rapidez, pero asegurará que hayas absorbido suficientes fluidos durante el día para empezar bien hidratado la comida previa al ayuno.
No consumas bebidas dulces, las que sólo dan calorías vacías. La mejor opción: pura agua. La segunda: jugo de fruta diluido.
Las frutas, a pesar de contener mucha fibra, son una buena idea porque contienen mucha agua que van “liberando” poco a poco. Durante el día puedes comer frutas ricas en agua, como sandia, melón o uvas.
En la última comida previa al ayuno bebe varios vasos de líquido, porque muchos alimentos necesitan agua extra para ser bien digeridos. Para el postre, cambia los dulces por la sandía u otra fruta fresca que contenga agua. Por último, bebe un vaso de agua tibia para darle un agradable toque final a tu preparación para el ayuno.

6) Disciplina mental
Una gran parte del éxito al ayunar está en la mente.
Hablar de tu hambre sólo hará que tu atención se centre en la comida, haciendo las cosas más difíciles. Cuando piensas en comida, tu cuerpo se prepara metabólicamente para recibir la comida, causando la sensación de hambre.
La clave es distraer tu mente de la comida. Afortunadamente, los días de ayuno brindan muchas oportunidades para que estemos envueltos en la importante tarea de la teshuvá – el auto mejoramiento espiritual. Cuanto más te sumerjas en el rezo, menos pensarás en la comida.
Una forma “casher” de “ingerir” cosas durante el ayuno es mediante oler especias. Canela y clavo de olor son un rápido energizante si te estás sintiendo débil, y con esto puedes crear una sensación cerebral de satisfacción.

7) Termina el ayuno con prudencia
Incluso quienes se hayan preparado bien para el ayuno estarán hambrientos cuando éste termine. Asegúrate de no comer tan rápido durante la comida después del ayuno. Comienza con frutas o un vaso de jugo; esto pondrá azúcar en tus venas y ocupará espacio en tu estómago, quitándote las ganas de comer apresuradamente.
Evita los productos de repostería y bebidas con azúcar, cuyas altas cantidades de glucosa pueden conmocionar tu sistema digestivo.
Para evitar comer en demasía, luego de comer un poco haz una pausa de media hora. Si no, la conclusión del ayuno puede convertirse en un aumento de peso (y en un dolor de estómago), porque como el cuerpo se protege de la inanición cuando no comemos bajando la velocidad del ciclo digestivo, las calorías que consumes justo después de ayunar se quedarán contigo más tiempo que las que ingieres cuando tu metabolismo funciona a una velocidad normal.



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